La destrucción creativa que los burócratas no soportan. Los Ganadores del Nobel de Economía 2025
Introducción: Una Verdad Incómoda Para Los Burócratas
Hay una verdad que aterroriza a los gobiernos modernos: el progreso nace del conflicto.
En octubre de 2025, la Academia Sueca de las Ciencias otorgó el Premio Nobel de Economía a tres investigadores que dedicaron sus carreras a demostrar una realidad que Adam Smith intuyó y Joseph Schumpeter gritó sin pudor: que el crecimiento económico sostenido no se diseña en ministerios ni se planifica en comités, sino que emerge espontáneamente cuando permitimos que los individuos creen, compitan y asuman riesgos.
Joel Mokyr, de la Universidad de Northwestern; Philippe Aghion, del Collège de France y la London School of Economics; y Peter Howitt, de la Universidad de Brown, recibieron este reconocimiento «por haber explicado el crecimiento económico impulsado por la innovación». Pero lo que realmente hicieron fue formalizar un concepto revolucionario: que la prosperidad moderna nace de un proceso cruel, desordenado, profundamente humano y necesariamente destructivo.
Su legado intelectual desafía todo lo que los gobiernos europeos —y buena parte del mundo desarrollado— creen sobre cómo se genera riqueza. Y por eso sus ideas resultan tan peligrosas para el establishment político.
Joel Mokyr: La Historia de Cómo las Ideas Crean Riqueza
Joel Mokyr es, en primer lugar, un historiador. Y su aportación al Nobel comienza donde termina la mayoría de los análisis económicos: en la cultura.
El Conocimiento Propositivo vs. Conocimiento Prescriptivo
Mokyr identificó una distinción fundamental que había permanecido invisible para la economía tradicional: la diferencia entre conocimiento prescriptivo —saber que algo funciona— y conocimiento propositivo —entender por qué funciona.
Antes de la Revolución Industrial, el mundo operaba casi completamente a partir del conocimiento prescriptivo. Los artesanos conocían técnicas que funcionaban, pero no entendían los principios científicos que las explicaban. Un herrador sabía forjar hierro, pero no conocía metalurgia. Un agricultor conocía ciertas prácticas de cultivo, pero no comprendía química orgánica. Un médico aplicaba remedios, pero ignoraba microbiología.
Este modelo tenía un límite insalvable: sin fundamentos teóricos, la innovación avanzaba por prueba y error, lentamente, sin poder construir sobre el conocimiento anterior. Cada descubrimiento era un aislado, destinado a estancarse. La historia de Jenner y la vacuna ilustra perfectamente este punto: en 1796 descubrió la vacunación, pero como no existía la teoría de los gérmenes, pasaron 100 años sin poder avanzar en nuevas vacunaciones.
La Revolución del Conocimiento Propositivo
Lo que cambió Europa —y transformó al mundo— no fue simplemente la acumulación de capital o la apertura de rutas comerciales. Fue una revolución cultural: la Ilustración Industrial del siglo XVIII y la Revolución Científica del XVII.
Europa, a diferencia de la China imperial (que dominaba tecnológicamente), desarrolló algo sin precedentes: un sistema donde los que sabían teoría (los savants) interactúan constantemente con los que hacían las cosas (los fabricants). Las sociedades científicas, las academias, los periódicos especializados, las redes informales de intelectuales: todo esto creó un circuito de retroalimentación positiva entre teoría y práctica.
Por primera vez en la historia humana, no era vergüenza reconocer ignorancia, sino obligación compartir descubrimientos. El ideal ilustrado de que «el conocimiento es poder» no se tradujo en acumular conocimiento en secreto, sino en democratizarlo. Incluso las patentes exigían que los inventores publicaran sus ideas.
Por Qué Europa Ganó
Mokyr enfatiza que la clave no fue de forma los recursos naturales o la geografía, sino la apertura cultural a nuevas ideas. Europa abrazó la idea de que el futuro podía ser diferente del pasado. Que la naturaleza podía conocerse y dominarse a través de la investigación científica. Que la razón y el progreso eran valores supremos.
China, a pesar de su sofisticación tecnológica, permanecía escéptica ante la innovación disruptiva, limitada por normas que priorizan la armonía y la continuidad sobre la experimentación radical. El resultado: Europa capturó la posibilidad de un crecimiento interminable basado en la acumulación de propositional knowledge.
Mokyr publicó sus ideas en libros como The Gifts of Athena (2002) y The Enlightened Economy (2009), pero su conclusión era siempre la misma: sin instituciones que protejan la libre circulación de ideas, sin espacios para el cuestionamiento radical, sin incentivos para conectar teoría y práctica, no hay innovación sostenida.
Philippe Aghion y Peter Howitt: La Formalización de la Destrucción Creativa
Si Mokyr proporcionó la historia, Aghion y Howitt proporcionaron el modelo.
El Artículo Que Transformó La Economía
En 1992, después de cinco años esperando a que les publicaran el artículo, Aghion y Howitt presentaron en Econometrica «A Model of Growth Through Creative Destruction». Este trabajo hizo algo que parecía imposible: capturó matemáticamente la intuición de Schumpeter sobre cómo funciona realmente el capitalismo.
Su modelo mostraba que la economía no es un mecanismo de equilibrio estático. Es un sistema dinámico donde:
Las innovaciones impulsan el crecimiento: Un innovador crea algo mejor, desplaza al competidor anterior, genera ganancias de monopolio temporales. Pero esas ganancias atraen a otros innovadores. Eventualmente, alguien inventa algo mejor aún, destruyendo el monopolio anterior. Este ciclo continuo es lo que mantiene viva una economía.
La incertidumbre es fundamental: Los innovadores no saben si su idea funcionará, o si será superada mañana. Aceptan este riesgo porque esperan ganancias temporales. La competencia potencial futura erosiona esos beneficios esperados, lo que genera dinámicas complejas de entrada y salida de firmas.
La complejidad no es un defecto, es la esencia: A diferencia de los modelos económicos tradicionales que asumen equilibrio y previsibilidad, el modelo Aghion-Howitt captura el caos, la incertidumbre, la experimentación constante. Exactamente cómo funciona la realidad.
La Teoría del Crecimiento Endógeno Schumpeteriano
Antes de Aghion y Howitt, la economía del crecimiento era un caos conceptual. O asumías que el progreso venía del exterior (lo que los economistas llamaban «crecimiento exógeno»), o terminabas con contradicciones lógicas.
Lo que hicieron fue revolucionario: demostraron que el crecimiento podía ser endógeno, es decir, generado por fuerzas dentro de la propia economía. Las empresas tienen incentivos para innovar. Los innovadores tienen incentivos para competir. Y esta dinámica de competencia, lejos de ser perjudicial (como creía la economía clásica), es exactamente lo que genera crecimiento.
Su trabajo, consolidado en libros como Endogenous Growth Theory (1998) y The Economics of Growth (2009), se convirtió en el marco conceptual dominante para entender cómo las economías avanzan. Desde bancos centrales hasta gobiernos, desde Silicon Valley hasta Pekín: todos operan bajo las implicaciones de lo que Aghion y Howitt formalizaron.
La Inversión en I+D y Las Políticas De Crecimiento
Pero Aghion fue más allá de la teoría pura. Con colaboradores como Daron Acemoglu y Fabrizio Zilibotti, mostró que las políticas de crecimiento óptimas dependen de dónde esté una economía en relación con la frontera tecnológica global.
Para economías emergentes, alejadas de la frontera: lo que importa es la inversión y la acumulación de capital. Los gobiernos pueden usar subsidios y protección estratégica porque la competencia extrema en sectores atrasados puede desincentivar la inversión de largo plazo.
Para economías en la frontera (como Europa y EE.UU.): lo que importa es la competencia y la entrada. Las leyes de protección laboral europeas que disuaden la destrucción de empleos antiguos, los subsidios a empresas zombis, los privilegios concedidos a incumbentes: todo esto mata la innovación. Porque si sabes que tu empresa será protegida aunque sea ineficiente, ¿para qué innovar?
Aghion resumió estas ideas en su 2025, justo antes de ganar el Nobel, con su libro The Power of Creative Destruction, donde lleva sus modelos teóricos a conclusiones prácticas que aterrorizan a los gobiernos: la única forma de crecer es permitir que las empresas mueran cuando son ineficientes, que los nuevos competidores entren sin obstáculos, que el mercado seleccione constantemente a los ganadores.
La Batalla Política: Por Qué Los Gobiernos Luchan Contra La Destrucción Creativa
Aquí es donde la teoría se convierte en enfrentamiento político. Y donde descubrimos por qué es tan peligrosa para los gobiernos modernos.
El Problema De Los Perdedores Organizados
Aghion y Howitt, en sus análisis sobre política, identificaron algo que los politólogos ya sabían pero que los economistas neoclásicos ignoraban: cuando el crecimiento es creativa destrucción, genera perdedores reales, localizados, organizados.
Si una innovación mejora la productividad global pero destruye 50,000 empleos en una industria específica, ¿quién protesta? Los 50.000 trabajadores desempleados. Sus sindicatos. Sus regiones. Sus familias.
¿Quién se beneficia? Los consumidores que pagan precios más bajos. Los trabajadores de nuevas industrias. Los emprendedores. El público en general.
Pero los consumidores no están organizados. No hay lobby del consumidor presionando al gobierno. Hay, en cambio, cabilderos pagados por empresas incumbentes amenazadas. Hay sindicatos. Hay políticos que representan regiones específicas donde la industria antigua es la base electoral.
El resultado es inevitable: los gobiernos ceden ante los perdedores. Protegen industrias moribundas. Ofrecen subsidios. Regulan para desincentivar la entrada de nuevos competidores. Y en el proceso, matan lentamente la innovación.
La Trampa Regulatoria: Europa Como Estudio De Caso
Aghion ha documentado extensamente cómo esto funciona en la práctica. Sus análisis sobre regulación en Europa muestran que cuando estableces un umbral regulatorio (por ejemplo: «si tu empresa tiene más de 50 empleados, debes cumplir regulaciones X»), lo que sucede es:
Las empresas justo por debajo del umbral reducen deliberadamente su innovación porque saben que crecer más allá del umbral las hará menos rentables. Los innovadores no se frenan a nivel macro; se frenan donde hay restricciones.
El resultado: un 5.4% menor nivel de innovación a nivel macroeconómico, una pérdida de bienestar equivalente a una reducción de consumo del 2.2%.
Pero Europa está llena de estos umbrales. Umbrales regulatorios. Umbrales de protección laboral. Umbrales tributarios. La Europa continental optimiza para reducir la tasa de destrucción creativa, lo que inevitablemente reduce la tasa de crecimiento.
La Hipocresía De Los Gobiernos
Y aquí está la verdadera ironía: todos los gobiernos proclaman querer «innovación» y «crecimiento». La UE tiene su «estrategia de innovación». Los gobiernos nacionales tienen «ministros de innovación». Invierten dinero en startups y clusters tecnológicos.
Pero mientras hacen eso, también:
- Protegen industrias establecidas
- Regulan para desincentivar la disrupción
- Ofrecen subsidios a empresas que deberían quebrar
- Endurecen las leyes de protección laboral
- Complican burocráticamente la creación de empresas
Es como un gobierno que proclama estar a favor de la pérdida de peso mientras subsidia la comida rápida.
Lo que Aghion y Howitt demuestran es que no puedes tener destrucción creativa selectiva. No puedes permitir que innovadores disruptivos en tecnología mientras proteges a los agricultores establecidos. O aceptas el proceso completo, o lo bloqueas completo.
El Lado Oscuro De La Destrucción Creativa: Desigualdad, Dolor Real, Transiciones
Pero no todo es libertad y dinamismo en la teoría de Aghion, Howitt y Mokyr. Ellos mismos reconocen, y la investigación posterior confirma, que la destrucción creativa tiene costos reales, especialmente en el corto y mediano plazo.
El Problema De Los Perdedores
Cuando una tecnología destruye empleos, esos empleos no se regeneran automáticamente en otro lugar. Hay un lag temporal y geográfico significativo. Un trabajador de 55 años en una ciudad especializada en una industria antigua no se adapta fácilmente a una startup de tecnología.
Peor aún: los perdedores de la destrucción creativa tienden a ser menos educados, menos móviles, menos adaptables. Mientras que los ganadores tienden a ser personas ya conectadas con las nuevas economías, ya con educación superior, ya en centros urbanos dinámicos.
Esto genera un fenómeno que preocupa cada vez más: la brecha de ingresos se amplía, no de forma uniforme, sino de forma geográfica y demográfica muy concentrada.
La Geografía Del Estancamiento
La destrucción creativa, al favorecer sectores de frontera tecnológica (típicamente en grandes ciudades con acceso a capital de riesgo, talento especializado, redes internacionales), genera despoblamiento y depresión económica en regiones tradicionales.
Cuando la industria automotriz se contrae en una región, y no hay ecosistema de innovación que la reemplace, lo que queda es pobreza. No hay demanda para nuevos talentos locales. No hay oportunidades para jóvenes. El capital humano se va. La ciudad se estanca.
Esto no es un defecto teórico de Aghion y Howitt. Es una característica real que ellos documentan. Y es un problema que requiere respuestas políticas reales, aunque no la solución fácil de «proteger la industria antigua».
El dilema: ¿Protección o Adaptación?
Aquí es donde la teoría se vuelve moralmente incómoda. Porque tienes dos caminos:
Camino 1: Proteger las industrias establecidas. Subvencionarlas. Regulación para frenar la disrupción. En el corto plazo, reducen el dolor. Pero sacrificas el crecimiento a largo plazo. Los países que eligen esto terminan como Italia: estáticos, envejecidos, sin innovación.
Camino 2: Permitir la destrucción creativa pero invertir masivamente en adaptación y movilidad. Educación continua. Subsidios para reentrenamiento. Inversión en infraestructura en ciudades estancadas. Inmigración para rejuvenecer regiones. En el corto plazo, hay más dolor. Pero el crecimiento continúa.
Los ganadores del Nobel 2025 no dicen que una opción sea superior a la otra. Lo que dicen es que no puedes tener ambas simultáneamente, y que la mayoría de gobiernos modernos intenta tener ambas y termina sin ninguna.
Las Críticas: Limitaciones Y Puntos Ciegos
Incluso los ganadores del Nobel tienen críticas. Y algunas de esas críticas pueden tener razón.
La Cuestión Del Tamaño De Las Innovaciones
Mientras que Aghion-Howitt formalizan matemáticamente cómo funciona la destrucción creativa, la magnitud de las innovaciones que genera no es óptima bajo competencia total. El «efecto robo de negocios» (business-stealing effect) hace que las innovaciones privadas sean demasiado pequeñas, porque cada innovador internaliza el daño que causa a los competidores.
Dicho de otro modo: Schumpeter asume que la competencia genera el nivel óptimo de innovación. Pero la evidencia sugiere que, bajo laissez-faire total, las empresas pueden no invertir suficientemente en I+D porque esperan ser desplazadas de todas formas.
La Irrelevancia Para Países En Desarrollo
Críticos del enfoque Schumpeteriano señalan que es altamente relevante para economías cercanas a la frontera tecnológica (EE.UU., Japón, Suiza) pero mucho menos para economías atrasadas.
En países pobres, la clase de innovadores es pequeña. El mercado es limitado. La incertidumbre es gigantesca. Esperar que la destrucción creativa endógena genere crecimiento en una economía con 40% de pobreza es, sencillamente, ingenuo.
Por eso Aghion, en sus últimos trabajos, ha incorporado la idea de que hay diferentes «regímenes de política» óptimos según la etapa de desarrollo. No es lo mismo la política óptima para Bangladesh que para Suiza. Aghion lo sabe. Pero muchos discípulos que invocan su trabajo, no.
La Cuestión De Si La Teoría Es Falsable
Una crítica más profunda: ¿Cómo sabemos que el modelo Aghion-Howitt es correcto? ¿Contra qué se contrasta?
Los propios investigadores que han revisado el trabajo encuentran limitaciones en las mediciones. El uso de patentes como proxy de innovación es problemático: las patentes pueden inflarse estratégicamente, pueden no capturar innovación relevante, pueden estar sesgadas hacia sectores de alta tecnología.
Las regresiones temporales pueden ser espurias. La deflación de los datos de I+D puede estar errada. En resumen: mucha de la evidencia que supuestamente «valida» el modelo Aghion-Howitt puede estar errada.
La Destrucción Creativa En El Mundo Actual: IA, Verde, Crisis
Pero sin importar las críticas técnicas, las ideas de los Nobeles 2025 son urgentemente relevantes para los dilemas actuales.
La IA Como Destrucción Creativa Máxima
La Inteligencia Artificial es el caso de estudio perfecto de destrucción creativa. Potencialmente destruirá decenas de millones de empleos en los próximos 10-20 años. Empleos en transcripción, asistencia, análisis de datos, programación, traducción, diseño. Trabajos que hoy son bien pagados y estables.
Según el marco Aghion-Howitt, la pregunta no es «¿cómo protegemos esos empleos?» sino «¿cómo aceleramos la compensación y creación de nuevas oportunidades?»
Porque si los gobiernos intentan «proteger» empleos de la IA regulando la tecnología, lo que sucederá es que los países que lo hagan caerán rezagados. La IA se desarrollará en jurisdicciones más permisivas. Y eventualmente, sus economías serán desplazadas de todas formas, pero sin haber participado en la riqueza generada.
La Transición Verde Como Destrucción Creativa Direccionada
Aghion ha trabajado extensamente en cómo la destrucción creativa puede acelerada hacia objetivos como la descarbonización.
Su conclusión: no basta con un impuesto al carbono. Sí es necesario. Pero si solo haces eso, la transición es lenta porque las viejas tecnologías no son suficientemente penalizadas.
Lo que funciona es: impuesto al carbono + subsidios para innovación verde + políticas de competencia que permitan la entrada de nuevas firmas verdes. Juntas, estas políticas crean un ciclo donde la vieja tecnología es destruida rápidamente y la nueva emerge aún más rápidamente.
Estados Unidos lo está haciendo (parcialmente) con la Ley de Reducción de Inflación. Europa, típicamente, sólo enfatiza el impuesto al carbono y luego se sorprende de que no hay suficiente innovación verde local.
La Crisis De Productividad Europea
Europa lleva 20 años estancada en productividad. Mientras que EE.UU. ha generado gigantes tecnológicos (Google, Amazon, Apple, Microsoft, Meta, Tesla), Europa ha generado… Spotify y Ryanair.
¿Por qué? Según Aghion, la respuesta es simple: Europa estructuralmente hace más difícil la destrucción creativa.
Las leyes de protección laboral alemana hacen que las empresas duden antes de expandirse (porque después no pueden contraerse). Las regulaciones de la UE sobre startups son onerosas. Los mercados de capital de riesgo europeos son pequeños. La movilidad laboral entre países es limitada. Los impuestos a empresas pequeñas son a menudo más altos que a grandes.
Todo esto hace que sea más fácil ser una empresa mediana y complaciente que arriesgar en innovación radical. Exactamente lo opuesto a lo que quieres si buscas crecimiento.
Conclusiones: La Verdad Incómoda Que El Nobel 2025 Fuerza A Reconocer
Los ganadores del Nobel de Economía 2025 no descubrieron nada revolucionariamente nuevo. Schumpeter lo escribió hace 80 años. Smith lo intuyó hace 250 años. Pero lo que hicieron fue formalizar matemáticamente, documentar históricamente, y validar empíricamente algo que los gobiernos modernos se rehúsan a aceptar:
Primera Verdad: La Innovación No Se Planifica
Los gobiernos no crean innovación escribiendo planes. Las startups no nacen en los ministerios. Los grandes cambios tecnológicos no se predicen correctamente por los comités de expertos.
Mokyr enfatiza: la innovación surge de culturas que permiten el cuestionamiento radical, que celebran el riesgo, que conectan teoría con práctica, que valoran la razón por encima de la tradición.
Implicación: si quieres innovación, deja de intentar controlarla. Crea el ecosistema y sálte de en medio.
Segunda Verdad: El Crecimiento Requiere Destrucción
Aghion y Howitt demostraron que no hay crecimiento sin destrucción. No hay posibilidad de que todas las empresas antiguas prosperen mientras nuevas emergen. Alguien tiene que perder.
Eso es brutalmente incómodo para gobiernos que quieren que todos prosperen. Pero es la realidad.
Implicación: el objetivo no es «eliminar la disrupción». Es «permitir que la disrupción suceda y luego invertir masivamente en adaptación».
Tercera Verdad: Hay Un Trade-Off Entre Estabilidad E Innovación
No puedes maximizar ambas. Un país puede elegir ser extremadamente estable (como Japón post-1990 o Europa) a cambio de bajo crecimiento. O puede elegir alto crecimiento (como EE.UU. o China) a cambio de mayor inestabilidad laboral e incertidumbre.
Pero no puedes tener ambas. Y la mayoría de las democracias occidentales intenta tenerlas, lo que resulta en un mal equilibrio: ni suficiente estabilidad para que la gente se sienta segura, ni suficiente dinamismo para crecer.
Implicación: es hora de elegir. Honestamente.
¿Por Qué Es Importante Para Ti?
Las ideas de Mokyr, Aghion y Howitt no son únicamente de interés académico. Afectan directamente:
- Tu empleabilidad: en una economía dinámica, tu trabajo puede desaparecer. En una estática, también puede desaparecer, pero más lentamente y sin que tengas nuevas oportunidades. Necesitas decidir en cuál quieres vivir.
- Tu riqueza: las economías dinámicas generan más riqueza total. Pero la distribución es más desigual. Las economías estáticas distribuyen más equitativamente, pero entre personas más pobres.
- El futuro de tus hijos: una economía estancada es una economía envejecida, sin oportunidades para jóvenes, donde el éxito se hereda. Una economía dinámica es caótica pero abierta, donde alguien sin conexiones puede escalar si tiene habilidades.
Nadie dice que la destrucción creativa sea amable. Nadie dice que sea justa. Lo que los Nobeles 2025 dicen es que es la única forma de que una economía moderna sobreviva.
Y la verdad incómoda que Aghion, Howitt y Mokyr demostraron es que los gobiernos que intentan evitar la destrucción creativa no consiguen ni estabilidad ni crecimiento. Solo estancamiento.
Ese es el mensaje que llegó a Estocolmo en octubre de 2025. El resto depende de si los gobiernos tienen el coraje de escucharlo.
Conclusiones
La lección de Aghion y Howitt es simple y devastadora: La innovación no necesita salvadores, necesita espacio. Cada intento de controlarla termina matando aquello que intenta proteger.
El progreso no nace en los ministerios, nace en los garajes, en las cabezas de quienes no esperan permiso para pensar distinto. Y si queremos volver a crecer, debemos dejar de temerle a la destrucción creativa.
Porque, al final, la única alternativa a destruir lo obsoleto es conservar la decadencia.
O, dicho de otro modo: la verdadera utopía no es la igualdad, es la libertad para reinventarse.
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Lecturas recomendadas
Aquí tienes una selección curada de libros de Joseph Schumpeter, Philippe Aghion y Peter Howitt, organizada por autor y relevancia.
JOSEPH A. SCHUMPETER
(El padre original de la “destrucción creativa”)
Su obra más influyente. Aquí introduce el concepto de creative destruction (destrucción creativa), explicando que el capitalismo progresa no pese a la competencia, sino gracias a ella.
Defiende que la innovación tecnológica destruye viejas estructuras, creando nuevas oportunidades.
Es un texto a la vez económico y filosófico: mezcla economía, sociología y política.
Recomendado para: citas directas y reflexiones ideológicas sobre el progreso y el intervencionismo estatal.
- The Theory of Economic Development (1911 / 1934, traducción al inglés)
Explica cómo los empresarios —no el capital ni los trabajadores— son el verdadero motor del cambio económico.
Introduce la figura del innovador-empresario como agente del progreso.
Recomendado para: artículos sobre emprendimiento y libertad económica; encaja perfecto con el pensamiento libertario.
Un estudio monumental sobre los ciclos económicos, mostrando cómo las olas de innovación provocan fases de expansión y recesión.
Recomendado para: análisis más estructurados sobre cómo las políticas públicas interfieren con los ciclos naturales de innovación.
PHILIPPE AGHION y PETER HOWITT
(Los herederos modernos del pensamiento schumpeteriano)
- Endogenous Growth Theory (MIT Press, 1998)
Es la obra académica de referencia donde formalizan su modelo de crecimiento endógeno schumpeteriano.
Incluye ecuaciones, modelos dinámicos y aplicaciones empíricas.
Recomendado para: fundamentar con rigor artículos que vinculen libertad económica, innovación y productividad.
- The Economics of Growth (MIT Press, 2009)
Versión más didáctica y extensa. Presenta su teoría del crecimiento a través de innovación, competencia y capital humano.
Expone cómo las políticas que fomentan la competencia e inversión en conocimiento impulsan el desarrollo sostenido.
Recomendado para: quien quiera dominar el enfoque teórico moderno del crecimiento basado en innovación.
- Schumpeterian Growth (Princeton University Press, 2021)
Una obra más reciente, escrita con Ufuk Akcigit, que actualiza su modelo a la economía digital y a la era de la inteligencia artificial.
Analiza cómo la innovación funciona en mercados globalizados, y los peligros del exceso de regulación y concentración de poder.
Recomendado para: artículos contemporáneos sobre IA, monopolios tecnológicos y libertad empresarial.
- The Power of Creative Destruction: Economic Upheaval and the Wealth of Nations (Harvard University Press, 2021)
Publicado por Philippe Aghion, Céline Antonin y Simon Bunel, con prólogo de Emmanuel Macron (sí, irónicamente).
Es una versión accesible y divulgativa del pensamiento de Aghion, ideal para no economistas.
Recomendado para: lecturas y citas en tono divulgativo.
Otras obras relacionadas
Si quieres ampliar el marco teórico o enriquecer tus referencias:
Joel Mokyr – A Culture of Growth: The Origins of the Modern Economy (Princeton, 2016)
Conecta el cambio cultural con la innovación económica. Excelente contrapunto a Aghion y Howitt.
William Baumol – The Free-Market Innovation Machine (2002)
Explica cómo los mercados libres, al incentivar la innovación, superan cualquier modelo centralizado. Es una lectura muy afín a la visión libertaria del progreso.
Deirdre McCloskey – Bourgeois Dignity: Why Economics Can’t Explain the Modern World (2010)
Defiende que el crecimiento moderno se debe a la cultura liberal y la dignificación del empresario.